Los manteles blancos, si no se usan con frecuencia tienden a ponerse amarillos, sobre todo en las dobleces.
Para eliminar esas marcas de guardado, proceda a mojar la zona manchada con leche, y luego dejarlo secar al sol.
Por último, lave la mantelería como de costumbre, en agua fría, con un jabón neutro, y utilizando el programa para prendas delicadas.