Muchas veces, más allá de los aspirados periódicos, la tapicería de tela puede verse sucia, y para ello la solución que ofrecemos es optar por un baño de sal.
En este caso, frotaremos la tela con sal y la dejaremos sobre la tapicería durante una hora. Luego la eliminaremos con un cepillo o el aspirador, para evitar la acumulación de polvo, hemos de recordar que la sal sirve también para absorber la grasa.
Por otro lado, si la tapicería con colores vivos, ha perdido su intensidad, y se ha apagado un poco, para que vuelva a brillar en todo su esplendor puede frotar con un trapo mojado en éter.
Ahora, si lo que queremos es, quitar del sofá de tela las típicas manchas, o zonas oscuras producidas por el roce diario donde se apoya cabeza, brazos, etc., cogeremos un recipiente grande, y añadiremos un chorro de amoniaco. Luego frotaremos con una bayeta por todo el sofá, y aclarando con un trapo con agua. De esta manera la suciedad pasará al agua del recipiente y la tapicería lucirá limpia. Pruébalo y ya nos cuentas.
Es aconsejable, antes de utilizar cualquier sistema o producto de limpieza, probar en una zona escondida, por si pudiera deteriorar el tapizado. Así nos aseguraremos que el método de limpieza es compatible tanto con el tejido como con el color de nuestro sofá.